Educando a través de la belleza de la música
agosto 30, 2018 10:01 am(Transcripción de la entrevista de Claudia Villanueva/El Imparcial)
Es necesario preocuparse acerca de la importancia de educar un muy bonito espíritu humano
Acotó el pedagogo musical japonés Shinichi Suzuki.
Bajo esta premisa, en el Liceo Thezia se ha decidido poner en marcha el Young Performer Music Program: Growing with all my senses, un proyecto con el que buscan desarrollar no sólo la habilidad musical de sus alumnas, sino una sensibilidad que las vuelva más receptivas al
conocimiento en general y que las arme de habilidades para relacionarse de manera más profunda con su entorno familiar y social.
Con la asesoría del doctor Gabriel Pliego, director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana de México, el Liceo implementa una nueva forma de educar al recurrir al arte -en este caso la música-, y, de esta forma, alcanzar otro objetivo fundamental: Que las niñas crezcan mucho más felices.
“La música siempre va más allá de lo propio. Si un niño estudia música es porque quiere aprender, pero cuando se hace bien, evidentemente lo hace una persona más sensible al medio, le ayuda a comunicar mejor sus sentimientos, sus preocupaciones y sus sueños, de una manera más efectiva y más especial, a través de la belleza de la música”, asegura el también violinista.
EL MÉTODO
El enfoque del método Suzuki es que todos los niños pueden aprender a tocar un instrumento con la misma naturalidad con la que aprenden su lengua materna: La habilidad musical no es un talento innato, afirmaba el pedagogo japonés, sino una destreza que se desarrolla con la práctica y con una estrategia educativa estructurada. Así, se reconoce el potencial ilimitado del menor.
“Los niños tienen una capacidad de absorción de conocimiento sorprendente”, coincide Gabriel Pliego, “y cuando se hace de una manera ordenada, como aquí se va a hacer, evidentemente es ayudar a que crezcan de una manera más sensible hacia su alrededor y hacia ellos mismos. Mejores personas a través de la música”.
“Existe la determinación y la seguridad de que todos los niños pueden aprender cualquier área del conocimiento humano cuando se le provee de la educación correcta en el ambiente correcto”, agrega Pliego.
EL PROGRAMA
El Young Performer Music Program cubre varios “frentes”: Por un lado, la parte curricular, por las mañanas, donde los niños de Preprimaria y las alumnas de Primaria recibirán clases de música dentro de la estrategia trazada por el licenciado Daniel García, director de Arte y Cultura del Colegio Cedros Norte y asesor en colegios por parte de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana.
En estas clases, las estudiantes aprenderán a querer y a conocer la música, detalla Pliego.
Luego están las clases extracurriculares por las tardes, en las que se aplicará el método Suzuki: Las niñas podrán elegir entre violín, viola o violoncello.
Un punto destacable es el involucramiento familiar que exige este método: La alumna deberá acudir a su clase individual semanal acompañada por alguno de sus padres para aprender juntos.
En la clase el concepto es que los dos son alumnos, aprenderán a la par, y así mamá o papá puede ayudarle a la niña a estudiar en casa.
“En la medida que más se involucren más podrá avanzar la niña. Le podrán ayudar más en casa y comunicarse mejor a través de la música”, expresa el doctor en Musicología.
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